Hermanos, nos congregamos como los Apóstoles en la Ultima Cena, para participar de este regalo tan grande que nos hizo Jesús: la Misa.
No hemos venido a estar en Misa, sino a ser parte de la celebración de la Misa. Nuestra especial participación debe notarse por medio del canto alegre, de las respuestas pronunciadas con fuerza y de la oración común.
Vamos a recibir al celebrante y a sus ministros que vendrán en procesión desde el fondo del templo.
Nos ponemos de pie para comenzar la celebración y nos damos vuelta para acompañar la procesión. Cantamos…
Celebrante (Llega al altar, lo inciensa y comienza la misa como siempre…)
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
La gracia y la paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, nuestro Salvador, que nos invita a ser perfectos y a vivir en el amor, estén con todos ustedes. Y con tu espíritu.
Ambientación Guía
Jesús nos consiguió la salvación por medio de su muerte y resurrección.
Quiso que este misterio se pudiera ACTUALIZAR, es decir, hacerse presente a lo largo del tiempo.
Por eso se reunió con sus Apóstoles el Jueves Santo, para celebrar la primera MISA y les mandó que comenzaran a celebrarla para que su Salvación alcance a todos los hombres.
Nosotros nos reunimos hoy, para cumplir con este mandato y alegrarnos porque tenemos la Eucaristía, el sacerdocio que la realiza y el mandamiento nuevo del amor que es su fruto.
Cultivemos, como Jesús, especiales actitudes de amor hacia el prójimo.
Celebrante
El amor de Jesús no tiene medida. El se quedó en la Eucaristía demostrando que «No hay mayor amor que dar la vida».
Ahora estamos frente a este misterio. Preparemos bien nuestro corazón pidiendo humildemente perdón por nuestros pecados.
Tú que estás presente en el PAN Y VINO CONSAGRADOS, Señor ten piedad.
Tú que eliges a los sacerdotes para que actualicen tu Ultima Cena, Cristo ten piedad.
Tú que nos das la fuerza para amarnos los unos a los otros, Señor ten piedad.
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.
Celebrante Se tocan las campanas, la campanilla del altar… Alabemos juntos a Dios diciendo con mucho entusiasmo:
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
Celebrante Oremos Dios nuestro, reunidos para celebrar la santísima Cena en la que tu Hijo unigénito, antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el nuevo y eterno sacrificio, banquete pascual de su amor, concédenos que, de tan sublime misterio, brote para nosotros la plenitud del amor y de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Palabra de Dios-Lecturas Guía
1ra. Lectura. Nos podemos sentar. Escuchemos cómo los judíos celebran la Pascua.
Salmo. Respondemos con la Antífona: « ¿Cómo te pagaremos todo el bien que nos hiciste?»
2da. Lectura. Escuchemos ahora el relato de lo que nosotros los cristianos, celebramos hoy.
Evangelio. Jesús realiza un gesto de humildad y servicio. Escuchemos con atención, porque después de realizarlo nos pide algo a nosotros. Nos ponemos de pie y cantamos: «Te adoramos Cristo»
Homilía-Lavatorio de los pies Después de la homilía, si conviene pastoralmente, se realiza el lavatorio de pies. Guía
Lo que hemos escuchado en el Evangelio, el gesto de servicio humilde que realizó Jesús, lo repetirá ahora quien preside nuestra celebración. Porque nuestro Maestro y Señor dijo: “si yo les he lavado los pies, también ustedes deben hacerlo unos a otros” Celebraremos el gesto de Jesús, lavando los pies:
a una persona del Equipo de Liturgia; ella trae la oración, el trabajo y la generosidad de los que animan nuestros cantos, hacen los guiones, realizan distintos ministerios, son ministros de la Comunión… servidores de la Liturgia, para la Liturgia del Templo se prolongue en la Liturgia de las manos en el quehacer de cada día…
a una catequista; en ella están representados todos los compromisos de esta Comunidad de cuidar nuestra vida espiritual y familiar; de fortalecer la fe y de rejuvenecer nuestros compromisos de llevar la vida de Jesús a los hombres…
a un niño de la Catequesis, que se acerca acompañado de sus padres y de su familia.
Se pone la silla en el medio del altar; jarra con agua y toalla; se lava y se seca los pies… se retira. Cantamos «Si no tengo amor» No se reza el Credo-Terminado el lavatorio de los pies, el Celebrante en altar dice…Oración de los fieles
Celebrante Oremos a Dios Padre, que en Jesucristo, su Hijo, nos amó hasta el fin.
Guía A cada intención respondemos cantando: «Escucha Señor, nuestra oración».
Por la Iglesia, por el Papa, los Obispos, sacerdotes y diáconos, para que su vida sea siempre camino de entrega y servicio a sus hermanos. Oremos.
Por las familias donde falta lo esencial para vivir, por los que no tienen trabajo, por los que están pasando problemas de salud, por los que lloran la partida a la eternidad de un ser querido, por los ancianos y discapacitados que son parte de nuestras familias, por los que sufren y por los pobres. Oremos.
Que seamos agradecidos a Dios por tener Misa todos los días; que entendamos que la Misa no es un acto de piedad individualista, sino un compartir con los hermanos de la Comunidad la escucha de la Palabra y el recibir a Jesús en la Comunión. Oremos
Que seamos obedientes en respetar el ordenamiento de la Liturgia formulado por nuestro Obispo, que es el Pastor que guía a sus hijos en la Diócesis de San Isidro; que Jesús nos de la gracia de entender que nuestro primer testimonio es la unidad de la Iglesia y que la unidad y la obediencia están por sobre nuestras espiritualidades y gustos individuales. Oremos
Que imitando el gesto de Jesús de lavar los pies a los hermanos, seamos más humildes; que creciendo en la humildad seamos obedientes al mandamiento del amor, porque no es posible la santidad sin caminar por el camino de la humildad, de la obediencia y del amor. Oremos
Celebrante Dios, Padre nuestro, que has amado tanto al mundo que entregaste a tu propio Hijo a la muerte por nosotros, escucha nuestras súplicas, concédenos lo que te pedimos, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Ofertorio Guía Nos podemos sentar. Abramos en corazón para escuchar el sentido de lo que ahora vamos a hacer. Jesús nos necesita a cada uno de nosotros. Nuestra parroquia quiere ser una comunidad, que se hace con el compartir lo que somos y lo que tenemos; somos una comunidad para llevar a Jesús a nuestros hermanos. ¿He pensado que si no doy un poco de mi tiempo, de mis talentos y de mi dinero… muchos hermanos no conocerán a Jesús? Y ahora mientras realizan la colecta, cantamos…
Celebrante Ofrendas del pan y el vino…Oremos hermanos…Oración delOfertorio. Plegaria Eucarística. Santo. Padre nuestro. Nos damos fraternalmente la paz. Comunión. Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Guía Jesús celebró la Última Cena para que llegara este momento: Poder recibir su CUERPO y su SANGRE y así recibir su misma VIDA que nos salva. Hoy lo hacemos de una manera especial: Recibiremos la comunión bajo las dos especies. Hoy vamos a recibir la Comunión en la boca, ya que recibiremos el Cuerpo de Cristo impregnado con la Sangre de Cristo. Acerquémonos, con alegría, al ministro más cercano, recordando que para hacerlo debemos estar bien preparados. Cantamos el canto…
Oración después de la Comunión. El copón con las Hostias consagradas queda sobre el altar…Concluida la Comunión, el sacerdote de pie ante el altar pone incienso en el turíbulo y, de rodillas, inciensa tres veces el Santísimo Sacramento.Luego toma en sus manos el copón y lo cubre con las extremidades del ornamento. Se forma la procesión para llevar el Santísimo Sacramento a través del templo hasta el lugar preparado para su reserva, convenientemente dispuesto y adornado. En la procesión: cruz, velas; delante del sacerdote que traslada el Santísimo Sacramento va el turiferario. Durante la procesión se canta un canto eucarístico.
Guía Hermanos, Jesús se ha quedado entre nosotros para siempre. Ahora vamos a llevar en procesión el Santísimo hasta el lugar donde habitualmente se reserva: El Sagrario. Este Sagrario, hoy está preparado de una manera especial, para que todos adoremos este misterio de amor. Cantamos…
Cuando la procesión ha llegado al lugar de la reserva, el sacerdote deja el copón, pone incienso y, de rodillas, lo inciensa; se canta Tantum ergo.
Guía Vamos a cantar un cántico muy antiguo, en latín, que es un homenaje a la presencia de Jesús en la Eucaristía. Los que lo recordamos vamos a cantarlo con mucha alegría; para los que no sabemos latín lo que vamos a cantar dice:
Tan sublime Sacramento adoremos en verdad, que los ritos ya pasados den al nuevo su lugar. Que la fe preste a los ojos la visión con que mirar. Bendición y gloria eterna a Dios Padre creador, a su Hijo Jesucristo, y al Espíritu de Amor, demos siempre igual gloria, alabanza y honor. Amén.
Celebrante
Tantum ergo Tantum ergo Sacraméntum venerémur cérnui; et antíquum documéntum novo cedat rítui; præstet fides supplementum sénsuum deféctui. Genitóri, Genitóque laus et iubilátio; salus, honor, virtus quoque sit et benedíctio; procedénti ab utróque compar sit laudátio. Amén.
Celebrante Bendito sea Dios. Bendito sea su santo Nombre. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre. Bendito sea el nombre de Jesús. Bendito sea su Sagrado Corazón. Bendita sea su preciosa Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar. Bendito sea el Espíritu Santo Consolador. Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima. Bendita sea su santa e inmaculada concepción. Bendita sea su gloriosa asunción. Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre. Bendito sea San José, su castísimo esposo. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus santos.
Después el sacerdote coloca el copón en el tabernáculo y cierra la puerta. Todos hacen unos momentos de oración en silencio. En el momento oportuno se despoja el altar
Guía Nos ponemos de pie. Ahora, miramos hacia el altar. Los acólitos despojan el altar, quitando todo lo que hay sobre él. La Iglesia no celebra más la Misa hasta la Vigilia Pascual del Sábado por la noche. Por eso el altar permanecerá sin nada que lo adorne. Los invitamos a permanecer en la noche de Adoración, que se extenderá desde ahora hasta las 24:00
El celebrante hace genuflexión y regresan a la sacristía. Nosotros también hoy nos despedimos de Jesús haciendo la genuflexión, es decir, nos arrodillamos con las dos rodillas… como para tomar mayor conciencia de la presencia real y viva de Jesús en la Eucaristía. Nos retiramos en profundo silencio.
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