MAT -Inauguración-Discursos del Intendente de Tigre, G. Gianetassio,
bendición Mons. Casaretto-25/10/06
Capilla Ntra Sra de Pompeya-Donación del Intendente de Tigre R. Ubieto y su esposa
En el Evangelio que acabamos de proclamar, Jesús nos recuerda: “Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré” Este espacio de la homilía es para “ir a Jesús” para que nos alivie y nos cure… porque estamos afligidos y agobiados por tantas cosas; y hoy especialmente afligidos por la muerte de Ricardo Ubieto.
Estas palabras no son un panegírico de Ricardo Ubieto; hay otros espacios para exaltar la trayectoria del Intendente, del hombre público al servicio de su comunidad del partido de Tigre. Cada cosa en su lugar y todo se armoniza…
Esta reflexión propone buscar algunos puntos de consuelo ante lo incomprensible del misterio de muerte…
1. Todos los hombres fuimos creados “imagen y semejanza de Dios” Esto quiere decir que Dios nos ama; que somos únicos e irrepetibles, que cada uno somos lo más valioso para Dios. Ricardo es amado por Dios, es único e irrepetible, es lo más valioso para Dios.
Pero todos tenemos luces y sombras; todos tenemos virtudes y defectos. Ricardo Ubieto fue luces y sombras, virtudes y defectos… como todos los hombres. Y es una realidad que “no soy tan bueno como pienso que soy; ni soy tan malo como “algunos” piensan y dicen que soy”
Ante el dolor de la muerte, lo que nos consuela es que, las luces y las virtudes de los seres queridos, están ahí para imitarlas y vivirlas; las sombras y defectos están ahí para el perdón y la reconciliación…
Creo que la definición mas acabada de Ricardo Ubieto nos la da la Palabra de Dios: “¡Felices los que mueren en el Señor! Sí -dice el Espíritu- de ahora en adelante, ellos pueden descansar de sus fatigas, porque sus obras los acompañan” Feliz, Ricardo, Si, feliz porque tu muerte fue en el Señor… Si, podés descansar de tus fatigas porque tus obras te acompañan.
Pero, mas importante que señalar tales o cuales obras, es que las obras SEÑALAN EL RUMBO hacia donde ir… Las obras que ideó, este luchador nato, y que realizaron junto a él su equipo de colaboradores, señalan el rumbo.
La educación y la cultura.
Educación y cultura es todo lo que nos forma y nos enseña a pensar. La información es saber que dos más dos es cuatro; la educación es formarnos para aprender a pensar. “Si los argentinos no aprendemos a pensar, la Argentina no tiene futuro”
El M.A.T es su obra más soñada y donde “gastó” hasta sus últimas fuerzas. El M.A.T es un icono que señala el rumbo… “el hombre moderno, tan materializado, necesita alimentarse de los valores del espíritu, tiene que recrearse en los valores interiores; tiene que regalarse el tiempo para formar su propio pensamiento y aprender a pensar por si mismo y no que otros piensen y decidan por él” Y las obras señalan el rumbo.
Los más desprotegidos.
Siempre su preocupación fue generar obras que ayuden a vivir más dignamente y que siempre hay que nivelar “para arriba”
Sus expresiones eran: “pobre gente… en el lugar donde viven, trabajar por míseros salarios, tener que caminar sobre el barro y sin luz hasta el medio de transporte; pobres chicos para ir al Colegio; que inhumanos las colas para un número en el hospital y el lugar donde son atendidos; cuanta inseguridad, ¡que mal que vivimos! … ” Y otras muchas más. Y las obras señalan el rumbo.
El orgullo de ser vecino.
Ricardo llegó a ser Concejal e Intendente por un partido “vecinalista”, es decir, por vecinos que iban a trabajar por el bien de los vecinos. “El buen trato, el respeto y la solidaridad entre vecinos es la plataforma sobre la que se construyen los grandes proyectos”
Ricardo tenía el “orgullo” de ser vecino y proponía hacer del Tigre, juntos, todos los vecinos, el “Partido más importante de la Provincia de Buenos Aires” Y las obras señalan el rumbo.
Pero, ¡atención! Que cuando los sabios señalan el rumbo, los necios se quedan mirando el dedo…
2. Quisiera que pueda ser de consuelo para nuestro dolor transmitirles una especie de testamento, que me pidió que guardara en mi corazón hasta el día que él no estuviera. Le pido disculpas a Amanda porque ni ella, su esposa, sabe de este pedido de Ricardo.
Doy gracias a Dios por ser sacerdote y por haber correspondido al regalo de la amistad que Amanda y Ricardo me brindaron. Es un largo y hermoso camino recorrido… pero mi acción de gracias a Dios es mayor por este último tiempo, lleno de dolor y de esperanza, porque como sacerdote y como amigo pude “acompañarlos” de una manera muy cercana… Ricardo afrontó la gravedad de su enfermedad reconciliado con Dios y con los sus hermanos, recibió TODOS los días a Jesús en la Comunión, rezamos juntos; siempre tenía cerca el Rosario que había tenido en sus manos la Madre Teresa de Calcuta y que yo le había regalado… y en este contacto cotidiano, entre la dedicación de los médicos, tratamientos, internaciones, subidas y bajadas de su salud y de su ánimo, entre charlas, risas, lágrimas y el proyecto de la Capilla en honor de la Virgen de Pompeya… me pidió les dijera estas cosas:
Les pido perdón…
-Por las expectativas no cumplidas
-Por mis errores de carácter, que hacen sufrir
-Por mis distancias y separaciones; si en esos tiempos hubiese tenido la claridad y la conciencia que hoy tengo… ¡cuantas cosas no habría hecho y cuantas cosas buenas más habría hecho!
-Siempre tuve Buena Intención en todos mis actos, aunque reconozco que, a veces, me equivoqué en la forma de llevarlos adelante
-Tal vez no pueda decirlo personalmente, aunque tengo toda la intención de hacerlo: no pierdan hoy la posibilidad de pedir perdón y de apostar a la reconciliación… uno nunca sabe cuales son los tiempos de Dios
-Nunca, nunca… ni a tu adversario ni a tu enemigo… por ningún motivo… provocar el dolor tremendo de anunciar tu muerte… y mucho menos cuando estás luchando por VIVIR en medio de una tremenda y cruel enfermedad que día a día te va carcomiendo por dentro.
3. De gran consuelo es aquella reflexión de San Agustín al morir su madre: “Señor, no nos quejamos porque nos la quitaste; te damos gracias porque nos la diste”
Los invito a que, en el silencio del corazón, cada uno pueda decirle al Señor: No nos quejamos porque nos los quitaste a Ricardo, te damos porque nos lo diste.
¡Cuantas veces tendremos que decir “gracias” por todas las cosas que a Amanda, a cada uno de nosotros, a mí… Dios nos ha regalado, por medio de la vida y la persona de Ricardo Ubieto.
Al finalizar la Misa, rezamos el “Avemaría” a la Virgen….
La Virgen está de pie junto a la cruz de Jesús.
Dice el Evangelio: “Una espada de dolor traspasará tu corazón” Y tenía lágrimas en sus ojos. Nosotros estamos igual; tenemos una espada de dolor en el corazón y las lágrimas en los ojos… Por eso le pedimos “estar” de pie en esta cruz, que nos toca vivir, en el dolor por la muerte de Ricardo.
El padre y la madre de Ricardo le transmitieron la fe y, especialmente su mamá, la devoción a la Virgen, en su advocación de Nuestra Señora de Pompeya. Sus últimos dibujos fueron el diseño de la capilla dedicada a la Virgen de Pompeya, que quería inaugurar el próximo 21 de octubre de 2007 -así era Ricardo… cansado por la enfermedad seguía soñando proyectos para el futuro- Y esto fue lo ultimo que hizo en su vida: pedir la autorización a la Municipalidad para construir esta Capilla, en honor y memoria de su mamá y de su papá…
El responso lo rezó Monseñor Jorge Casaretto, Obispo de la Diócesis de San Isidro y nos dijo de Ricardo Ubieto:
Fue un hombre que nos enseñó, en su acción de Gobierno, que el poder se puede utilizar bien y el poder es bueno cuando se lo utiliza para el servicio y para hacer cosas buenas por los vecinos
Tuve la alegría de compartir muchos momentos con Ubieto, especialmente las Celebraciones del 8 de diciembre. Esta fiesta de la Virgen, la Inmaculada Concepción, Patrona de Todo el Partido de Tigre.
Su deseo fue “reflotar” la procesión náutica, la Fiesta de la Patrona de Tigre, “revivir” esta fiesta popular que congrega tanta gente.
Padre Roberto Eduardo Barón-Cura párroco Parroquia Inmaculada Concepción-Tigre, 17 de noviembre de 2006
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