Malvinas… ¿otra entrega que no se valora?

En este día…
Venimos a rezar por aquellos que han caído, hijos de la Patria Argentina, que salieron a defender a su madre, a su Bandera, a la Patria, y dieron su vida reclamando lo que es suyo, lo que es de la Patria, lo que nos fue quitado.
Muchos jóvenes quedaron allá y no pudieron volver.
Otros volvieron pero ninguno pudo olvidar: hayan estado o no en el campo de batalla… Malvinas, a todos, nos dejó cicatrices.
Cuántas cicatrices, cuántas familias destruidas por la ausencia definitiva o por un regreso truncado; en este día-y todos los días-la Patria tiene que acordarse de todos ellos.
La Patria no puede excluir de su recuerdo a ninguno; tenemos que hacernos cargo de tantos corazones con cicatrices y decirles gracias, a los que quedaron en las islas o sumergidos en el agua; gracias por todo y gracias a todos.
Las Malvinas son nuestras. No debemos dejar de respetar a aquellos que dieron sus vidas, en esa nuestra tierra.
Las Malvinas son argentinas.
No hay que olvidar a los que derramaron su sangre en el suelo argentino.

¿Por qué las Islas Malvinas se llaman Malvinas? Por Matilde Malvina Vernet y Sáez
Alguna vez las islas Malvinas tuvieron un gobernador argentino. Alguna vez, antes de 1833, en aquellas tierras nacieron, vivieron y murieron argentinos.
Pero el primer alumbramiento registrado en el archipiélago fue el de una mujer: Matilde Vernet y Sáez, mejor conocida como Malvina. Ella fue la primera Malvina argentina.
El 10 de junio de 1829, el comerciante argentino de origen alemán, Luis María Vernet, fue nombrado Comandante Militar de las Islas Malvinas.
Poco más de un mes más tarde viajó al archipiélago junto con su esposa, María Sáez, y sus tres hijos, Emilio, Luisa y Sofía, y se instaló en la Isla Soledad.
Llevó con él a unos cincuenta colonos con sus respectivas familias y también gauchos y peones para trabajar en aquellas tierras. El 30 de agosto de aquel año,
Vernet tomó posesión de su cargo de forma oficial en una ceremonia.
Su esposa María, considerada como la cronista de la soberanía argentina en Malvinas por haber documentado en su diario la vida en las islas, escribió aquel domingo: «Muy buen día de Santa Rosa de Lima (fiesta patronal que honra a la santa católica peruana), por lo que determinó Vernet tomar hoy posesión de la isla en nombre del gobierno de Buenos Aires.
A las doce se reunieron los habitantes, se enarboló la Bandera Nacional a cuyo tiempo se tiraron veintiún cañonazos, repitiéndose sin cesar el ¡Viva la Patria! Puse a cada uno en el sombrero con cintas de dos colores que distinguen nuestra bandera. Se dio a reconocer el Comandante.»
Vernet rebautizó
Puerto Soledad con el nombre de Puerto Luis y fue allí, el 5 de febrero de
1830, en donde nació Matilde Vernet y Sáez. Aunque toda su vida la llamarían
Malvina.
Los conflictos con fragatas norteamericanas que pescaban en costas malvinenses
y la posterior ocupación militar inglesa del archipiélago, hicieron que los Vernet
y todas las familias que habitaban las islas, fueran expulsadas y nunca más
volvieran allí.
Los Vernet pasaron un tiempo en Río de Janeiro y luego se establecieron en Buenos Aires. Malvina se crió en la Argentina continental.
La casa de San Isidro
Vivieron en la calle Florida, esquina Córdoba y luego en 25 de Mayo entre avenida Corrientes y Sarmiento. Por aquel entonces, Luis Vernet compró terrenos en San Isidro, provincia de Buenos Aires, en donde luego estableció una casa de campo. La estancia se encuentra allí aún, en la calle que lleva el nombre del gobernador y esquina Belgrano.
Pasaron los años y Malvina creció. En Uruguay conoció al capitán estadounidense Greenleaf Cilley, se casó con él y lo acompañó a los Estados Unidos. Varias publicaciones afirman que Malvina fue la única argentina presente el 14 de abril de 1865 en el teatro Ford de Washington DC, cuando asesinaron al presidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln.
Tuvo seis hijos, tres varones y tres niñas. Dos de sus pequeñas fueron las primeras Malvinas registradas de forma oficial: Déborah Malvinas Cilley, nacida el 30 de junio de 1870 y Malvina Justa Cilley, nacida el 30 de noviembre de 1872. En cada generación subsiguiente, se hizo tradición que al menos una integrante de la familia llevara el nombre de las islas. Los Cilley Vernet se instalaron, finalmente, en la finca familiar de San Isidro. Malvina murió allí, el 24 de septiembre de 1924.
Al cumplirse cien años del nombramiento como gobernador de Malvinas de Luis María Vernet, el 10 de junio de 1929, la familia se reunió en la casona de San Isidro: eran casi cien descendientes.
Por parte de Malvina, cinco de sus hijos vivieron y antes de su muerte, ya tenía unos veintidós nietos. Las posteriores generaciones siguieron llamando a muchas de sus mujeres Malvina.
Su nieto Ernesto Greenleaf Cilley Hernández, en numerosas ocasiones intentó sumar el nacimiento de su abuela en las islas como otra prueba válida al reclamo de soberanía argentina, con el argumento de que esos cientos de descendientes hubieran continuado su vida como pobladores de la comunidad que crecía allí.
La vida de Malvina está plagada de hechos significativos. Ella, Matilde Malvina Vernet y Sáez, la primera argentina registrada nacida en el archipiélago, hija del primer gobernador argentino de las islas, casada con un militar estadounidense y madre de las primeras mujeres llamadas Malvinas de la historia, testigo del asesinato de Lincoln. Ella, es la primera Malvina argentina.













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