Cartilla pastoral “Tiempo de asamblea en las comunidades 2018 – 2021”

Queridas comunidades, El 60 aniversario de nuestra diócesis representó un momento de gracia en el que vimos la necesidad de convocarnos en Asamblea reconociéndonos como comunidad de comunidades dentro del cuerpo que conformamos como diócesis de San Isidro. Nos unimos a la propuesta del Papa Francisco y desde su magisterio nos aventuramos a soñar con una “iglesia pobre para los pobres, y una iglesia en salida”. Cada comunidad se animó a reflexionar en clave de “sueños”, es decir expresando aquello que anhelamos y creemos y hacia lo que nos encaminamos. De todas las expresiones de los sueños que cada comunidad compartió surgieron seis orientaciones pastorales que son los grandes caminos que nos orientan para realización de nuestros sueños. Estas son:
- Una iglesia diocesana en renovada opción por los pobres.
- Una iglesia diocesana con un mayor protagonismo de los jóvenes.
- Una iglesia diocesana con presencia más incisiva de las mujeres.
- Una iglesia diocesana en decidido proceso de discernimiento, purificación y reforma.
- Una iglesia diocesana que piensa e invita a pensar desde la lógica del evangelio.
- Una iglesia diocesana con una espiritualidad centrada en Jesús para la renovación pastoral.
Todo este proceso fue confirmado el 24 de agosto 2018 cuando nos reunimos en Asamblea todas las comunidades para celebrar y reflexionar estas orientaciones. Ahora estamos en el tiempo que podríamos llamar “de las comunidades”. La propuesta es ayudarnos y animarnos a plasmar en la vida estas orientaciones que como iglesia hemos descubierto. Es un desafío que a cada uno nos encuentra en lugares diversos. Habrá quien tiene un camino largo recorrido en alguna de las orientaciones, para otros tal vez sea punto de partida… ¡La idea es avanzar! Por eso proponemos un material que puede ser de ayuda para organizar en cada comunidad el modo concreto de ir programando las asambleas. Cabe aclarar que esta cartilla es una sugerencia, una guía de trabajo optativa para las comunidades y que no estamos obligados a concretar todas las orientaciones de la Asamblea Diocesana. Será fruto de este trabajo discernir si vamos a priorizar alguna de estas orientaciones o vamos a trabajar todas y también los tiempos y modos de realizar esta tarea.
Encuentro en los Consejos Pastorales
Objetivos:
- Reunirnos para interiorizarnos sobre las seis orientaciones de la Asamblea Diocesana y hacer memoria de nuestros sueños inspiradores.
- Animar al discernimiento y opción entre las orientaciones (la opción por una o algunas de las orientaciones no implica la desatención a las restantes)
- Reflexionar sobre la experiencia que tenemos en relación a la/ las orientaciones elegidas.
- Priorizar y entramar las orientaciones a la luz de nuestras prácticas y espiritualidad.
¿Quiénes están convocados?
La invitación es para los miembros del Consejo de Pastoral de cada parroquia, equipo y movimiento.
Desarrollo de la actividad Encuentro en los Consejos Pastorales Primer paso:
Escuchamos la canción “Avanzar” y hacemos eco de la misma. Ya me voy La puerta está abierta Si quieres seguirme Te invito a andar Eh eh No está bien Quedarse llorando, lo triste es pasado Y el presente avanzar Eh eh Avanzar como se pueda Eligiendo la manera, la marea baja y sube Somos náufragos de arena Avanzar no es pisotear lo que vivimos Avanzar no es otra cosa que vivir Y avanzar Y avanzar Y creer Que a pesar de todo hay que avanzar Lo difícil Es abrir la puerta, dejar los rincones Y echarse a correr Eh eh Yo lo sé Mirar mis heridas, ya no me avergüenzan Y me enseñan a avanzar Eh eh Avanzar como se pueda Eligiendo la manera, la marea baja y sube Somos náufragos de arena Avanzar no es pisotear lo que vivimos Avanzar no…
En relación a nuestro proceso de Asamblea Diocesana, proponemos iniciar el discernimiento a través de las siguientes preguntas:
- ¿A que nos invita la canción?
- Para “avanzar” en sintonía con dicho proceso, hacemos memoria de nuestros sueños inspiradores, que compartimos en 2018. (¿hicimos el ejercicio de soñar en 2018? ¿Cuáles recordamos? ¿Recordamos porque surgieron esos sueños y no otros?).
- ¿Cuál o cuáles de nuestras seis orientaciones de la asamblea se entraman más con nuestros sueños? Compartimos expresando en forma personal, (se pide que alguien del Consejo tome nota de lo que va saliendo)
Desarrollo de la actividad Encuentro en los Consejos Pastorales Segundo Paso:
En la Asamblea Diocesana trabajamos con seis orientaciones pastorales. Las tres primeras hacen referencia a grupos de personas. Las otras tres son transversales ya que expresan acciones y modos que cruzan a las tres primeras.
Comenzaremos trabajando con las orientaciones referidas a los grupos de personas y daremos un paso más en el discernimiento, trabajando en pequeños grupos. Teniendo en cuenta las orientaciones completamos el siguiente cuadro de manera individual: Una vez que cada uno completó el cuadro, se comparte en el grupo lo que se escribió.
Orientaciones ¿Que sentimos frente a esta orientación? ¿Qué pensamos sobre este tema? ¿Qué estamos haciendo al respecto? Una iglesia diocesana en renovada opción por los pobres Una iglesia diocesana con un mayor protagonismo de los jóvenes Una iglesia diocesana con presencia más incisiva de las mujeres
Luego buscaremos como grupo elegir una de las tres orientaciones que nos gustaría priorizar, tanto sea porque ya estamos trabajando con estos destinatarios o porque no lo estamos haciendo lo suficiente y nos gustaría comprometernos más.
Desarrollo de la actividad Encuentro en los Consejos Pastorales Tercer Paso:
Tomando la orientación que elegimos como prioritaria vamos a relacionarla con las orientaciones transversales (Una iglesia diocesana en decidido proceso de discernimiento, purificación y reforma – Una iglesia diocesana que piensa e invita a pensar desde la lógica del evangelio – Una iglesia diocesana con una espiritualidad centrada en Jesús para la renovación pastoral).
Estas orientaciones transversales hacen referencia a la renovación de las estructuras, a la formación, a la espiritualidad. Por eso queremos ver de qué modo estamos trabajando o qué nos proponemos hacer en cada una de estas áreas en relación al grupo de personas que consideramos prioritario atender (pobres, jóvenes, mujeres).
Orientación priorizada: (escribirla) Una iglesia diocesana en decidido proceso de discernimiento, purificación y reforma. /// Una iglesia diocesana que piensa e invita a pensar desde la lógica del evangelio /// Una iglesia diocesana con una espiritualidad centrada en Jesús para la renovación pastoral /// Como cierre de esta reflexión que hemos realizado, les pedimos que respondan estas preguntas que nos invitan a pensar en nuestras opciones y en los pasos que queremos dar como comunidad.
¿Qué acciones / pasos tendríamos que dar para entramar estas orientaciones en nuestra comunidad? ¿Qué aspectos podríamos renovar en nuestras prácticas para “avanzar eligiendo la manera”? ¿Nos sentimos invitados a intentar nuevas respuestas / servicios y / o mejorar los existentes? ¿Cómo podrían ser?
Una vez realizado el encuentro en los consejos, les pedimos que le envíen a Ana Del Mauro, Canciller y Secretaria General del obispado, ana@obispado-si.org.ar, las conclusiones a las que llegaron y los pasos que quisieran dar de cara a una próxima asamblea en su comunidad.
Orientaciones Pastorales Para que podamos tenerlas presentes para nuestro trabajo, transcribimos a continuación las seis orientaciones pastorales que trabajamos en la Asamblea con sus respectivas explicaciones
Primera Orientación Pastoral UNA IGLESIA DIOCESANA EN DECIDIDO PROCESO DE DISCERNIMIENTO, PURIFICACIÓN Y REFORMA
Deseamos la revisión de las estructuras y organización de nuestras comunidades parroquiales, movimientos e instituciones diocesanas, promoviendo su conversión pastoral para que sean cauce adecuado para la evangelización y se vuelvan más misioneras (cfr. EG 27). Papa Francisco en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium nos plantea la necesidad de poner a todas las comunidades de la Iglesia en un decidido camino de conversión pastoral y misionera “que no puede dejar las cosas como están” (EG 25). “Invito a todos a ser audaces y creativos en esta tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores de las propias comunidades. Una postulación de los fines sin una adecuada búsqueda comunitaria de los medios para alcanzarlos está condenada a convertirse en mera fantasía. Exhorto a todos a aplicar con generosidad y valentía las orientaciones de este documento, sin prohibiciones ni miedos” (EG 33). Este impulso renovador necesita realizarse de modo programático y fundamentalmente en tres ámbitos:
- la pastoral ordinaria, que cuida de los fieles que frecuentan la comunidad y dan testimonio de su fe; “comunidad eucarística”.
- el ámbito de las personas bautizadas que no viven las exigencias del bautismo y no sienten una cordial pertenencia a la Iglesia; “comunidad bautismal”.
- el conjunto de las personas que no conocen a Jesucristo o lo rechazan pero buscan a Dios secretamente en sus corazones al buscar el bien y la verdad; las “personas de buena voluntad” que tienen el derecho de recibir el Evangelio.
Creemos que esta conversión pastoral representa un desafío para nuestras comunidades, movimientos y organismos diocesanos que necesitan renovarse para pasar de “una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera” (EG15) “en cualquier actividad que se realice” (EG 18). Nos planteamos entonces una Iglesia diocesana Que se anime a abandonar las estructuras caducas que ya no favorezcan la transmisión de la fe (Aparecida 365).
- Que revise y renueve sus formas de organización, propiciando el trabajo en equipo y en red.
- Que trabaje de modo más participativo en la manera en que se toman las decisiones.
- Que tanto en sus actividades y actitudes como en sus modos de organización sea cada vez más misionera, inclusiva, abierta y acogedora.
- Que aliente la solidaridad y la comunión de bienes y servicios como signo profético de equidad y dando mayor protagonismo a los pobres como sujetos de la evangelización.
- Que favorezca comunidades orantes y festivas centradas en la palabra y la eucaristía.
- Que esté atenta a los ámbitos pastorales que aún no han sido incluidos en la pastoral ordinaria.
Segunda Orientación Pastoral UNA IGLESIA DIOCESANA EN RENOVADA OPCIÓN POR LOS POBRES
Impulsamos la revisión de nuestra opción preferencial por los pobres reconociéndonos como una iglesia frágil, pecadora y en camino (cfr. EG 147 ss). El papa Francisco en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium nos plantea que todos los cristianos estamos convocados a escuchar el clamor e integrar a los pobres en contra de la cultura del descarte que los invisibiliza. Nuestro compromiso no consiste solamente en programas de promoción y/o asistencia. El Espíritu no alienta un activismo hueco, sino una atención puesta en el hermano amorosamente considerándolo uno consigo (EG 201) Sin la opción por los pobres el anuncio del evangelio corre riesgo de ahogarse en un mar de palabras.
Nos planteamos entonces una Iglesia diocesana:
- Que ante todo nos ayude a mirar y reconocer nuestras propias pobrezas.
- Que escuche el clamor de los pobres y busque su desarrollo integral sabiéndolos poseedores del cariño especial del Padre.
- Que tenga una fiel opción por los pobres acercándose y recibiendo a “la vida como viene”.
- Que revise y renueve sus formas de organización, propiciando la escucha del clamor y la planificación de acciones que puedan visibilizar y acompañar la vida de los más desprotegidos.
- Que impulse iniciativas en las comunidades desarrollando en sentido amplio la ciudadanía y el ejercicio de los derechos.
- Que promueva una mirada atenta tanto de los pobres como de las causas estructurales de la pobreza.
- Que preste atención a las nuevas pobrezas y se comprometa en el esfuerzo y actitud de estar cerca y atenta.
Tercera Orientación Pastoral UNA IGLESIA DIOCESANA CON UN MAYOR PROTAGONISMO DE LOS JÓVENES
Promovemos la participación de los jóvenes considerando e integrando sus búsquedas y criterios; propiciando no solo actividades o tareas sino descubriendo la riqueza y novedad evangélica que ellos aportan a las comunidades. Nos dice el Papa Francisco: “La pastoral juvenil tal como estábamos acostumbrados a desarrollarla ha sufrido el embate de los cambios sociales. Los jóvenes en las estructuras habituales no suelen encontrar respuestas a sus inquietudes, necesidades, problemáticas, heridas” (EG 105). Cabe reconocer que, en el contexto actual de crisis del compromiso y de los lazos comunitarios, son muchos los jóvenes que se solidarizan ante los males del mundo y se embarcan en diversas formas de militancia y voluntariado (EG 106). Es frecuente que la catequesis de confirmación y la experiencia de grupos misioneros convoquen y entusiasmen a muchos jóvenes y adolescentes que encuentran un lugar donde crecer, vivir la amistad y participar de diversas actividades. Reconocemos con alegría que desde la Iglesia se ofrecen posibilidades de encuentros juveniles, de intercambios, de voluntariados, de apertura al mundo del servicio. Observamos también que muchas veces cuando van siendo jóvenes mayores y están participando de otros ámbitos de la sociedad (facultad, mundo laboral, espacios de vida política y ciudadana, y de elección afectiva) se van distanciando de la Iglesia por no siempre encontrar espacios de discusión libre y abierta donde intercambiar y profundizar.
Nos planteamos entonces una Iglesia diocesana:
- Que sea abierta a recibir a los jóvenes dejándose interpelar por ellos.
- Que escuche en las palabras, reclamos, propuestas y canciones juveniles “la voz del Espíritu que habla a las iglesias”.
- Que propicie encuentros y debates intergeneracionales descubriendo la riqueza que brota del intercambio.
- Que descubra y valore la novedad que traen los jóvenes no solo considerando que son el futuro sino reconociendo que son el presente
- Que ofrezca espacios de diálogo y encuentro favoreciendo la posibilidad de expresarse libremente, rompiendo el supuesto silenciador que considera que “hay cosas que en la Iglesia no se pueden decir”.
- Que atienda la problemática de los jóvenes que ni estudian ni trabajan.
Cuarta Orientación Pastoral UNA IGLESIA DIOCESANA CON PRESENCIA MÁS INCISIVA DE LAS MUJERES
Alentamos la presencia de las mujeres en lugares de animación y de decisión, favoreciendo así una participación más amplia de todos los miembros de nuestras comunidades, para enriquecernos con el aporte de mujeres y varones. Nuestras comunidades eclesiales están colmadas de mujeres. Ellas animan casi todas las actividades, por ejemplo: la catequesis, la liturgia, las tareas de secretaría, hasta la limpieza de los templos, pero rara vez participan en los niveles de decisión en la Iglesia. Este último dato contradice la común dignidad y la equidad que plantea el Nuevo Testamento en Gálatas 3,28 “Por lo tanto, ya no hay judío ni pagano, esclavo ni hombre libre, varón ni mujer, porque todos ustedes no son más que uno en Cristo Jesús”.
También el Ver las conclusiones de la Asamblea de la Pontificia Comisión para Ame rica Latina 2018 “La mujer, pilar en la edificación de la Iglesia y de la sociedad en América Latina” nº 17. Magisterio del Concilio Vaticano II, en la Constitución Dogmática Lumen Gentium (nº 32) afirma la común dignidad de todos los miembros del Pueblo de Dios. La situación actual va a tender a desaparecer porque las mujeres (especialmente las más jóvenes) no tienen intención de colaborar de formas tan poco apreciadas, de trabajar por una comunidad que no parece interesada en escucharlas y hacerlas participar al menos de algunas decisiones dentro de la comunidad.
Esta realidad nos interpela a realizar cambios (aún sin considerar la posibilidad de la ordenación de las mujeres), que van en la línea de lo que nos pide el Papa en EG 103: “Reconozco con gusto cómo muchas mujeres comparten responsabilidades pastorales junto con los sacerdotes, contribuyen al acompañamiento de personas, de familias o de grupos y brindan nuevos aportes a la reflexión teológica. Pero todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia (…) se ha de garantizar la presencia de las mujeres también en el ámbito laboral y en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales”
Nos planteamos entonces una Iglesia diocesana:
- Que escuche cordialmente las opiniones, las inquietudes y las necesidades de las mujeres, en especial de las más pobres.
- Que promueva la dignidad de las mujeres, dentro y fuera de las comunidades cristianas, visibilizando la violencia, las injusticias y las inequidades que se cometen contra ellas.
- Que preste atención a lo que dice el magisterio de la Iglesia sobre la dignidad de todos los miembros del Pueblo de Dios y sobre la participación de los laicos y las laicas en las estructuras eclesiales.
- Que revise y renueve sus formas de organización, propiciando una mayor participación de las mujeres en instancias de decisión en las comunidades.
Quinta Orientación Pastoral UNA IGLESIA DIOCESANA QUE PIENSA E INVITA A PENSAR DESDE LA LÓGICA DEL EVANGELIO
Queremos crecer como evangelizadores, procurando al mismo tiempo una mejor formación, que se traduzca en una profundización de nuestro amor y un testimonio más claro del Evangelio (cfr. EG 121) Nos dice San Pablo en la carta a los Efesios: “Que Cristo habite en sus corazones por la fe y sean arraigados y edificados en el amor” (3,17). Al mirar los evangelios descubrimos que Jesús fue haciendo esto con sus seguidores durante toda su vida pública: los hizo discípulos, los fue formando. Esta formación de Jesús es una formación integral porque abarca todos los aspectos de la persona: la inteligencia, la voluntad, los sentimientos, la dimensión corporal, los vínculos, la espiritualidad. Estos hombres sencillos, a quienes les costaba internalizar los criterios de Jesús, tuvieron la misión de anunciar el Reino y lo hicieron con toda su persona, con toda su inteligencia, con todo su corazón. Muchas veces al hablar de formación nos centramos en lo intelectual, en el conocer, en saber muchas cosas. Nos parece que si no sabemos muchas cosas, no podemos evangelizar. Pensar y ayudar a pensar desde la lógica del evangelio implica mucho más que conocer la doctrina (que por supuesto está incluida). Tenemos que desarrollar habilidades cognitivas, pero también afectivas y espirituales, es decir, capacitarnos en procesos de discernimiento.
Nos planteamos entonces una Iglesia diocesana:
- Que se forme para el discernimiento de la realidad. Esto supone el diálogo entre diferentes disciplinas, en particular la relación con las ciencias sociales y humanas.
- Que se forme para el discernimiento moral: el desarrollo moral de las personas según las diferentes etapas de la vida, la gradualidad de este camino, el diálogo con la psicología.
- Que se forme para el discernimiento espiritual: aprender a descubrir los caminos del Espíritu en nuestra vida, las mociones del Espíritu en nuestro corazón.
- Que se forme en el discernimiento comunitario; ver los procesos participativos en la Iglesia: la maduración en la escucha y la toma de decisiones grupales.
- Que se forme para ser hijos del Padre, pero hijos adultos y creyentes en la Iglesia y en el mundo.
Sexta Orientación Pastoral UNA IGLESIA DIOCESANA CON UNA ESPIRITUALIDAD CENTRADA EN JESÚS PARA LA RENOVACIÒN PASTORAL
Animamos a cultivar la vida comunitaria en el Espíritu como discípulos del Maestro en oración constante y trabajando por la paz y la justicia de todos los hijos de Dios (cfr GE 88). Incentivamos a renovar el fervor en el cuidado de la Casa Común y a vivir como huéspedes (Lev 25,23). Dice el Papa Francisco “Evangelizadores con Espíritu quiere decir evangelizadores que oran y trabajan” (cfr EG 262) Espiritualidad es la fuerza transformadora en la cultura de los pueblos. La presencia del Espíritu Santo en la creación y la Palabra de Dios, es la fuente de nuestra espiritualidad. Discernir los “signos de los tiempos” es un rasgo de nuestra vida en el Espíritu, al escuchar en el clamor del pueblo la Palabra de Dios.
- Nos planteamos entonces una Iglesia diocesana:
- Que anima nuestra vocación comunitaria de vida en el Espíritu a través de una evangelización con Espíritu Santo (EG 261).
- Que busca afianzar un fuerte compromiso social y misionero en Cristo resucitado que transforme el corazón (EG 276) y la historia.
- Que profundice nuestro seguimiento de Jesús en su forma de tratar a los pobres, en sus gestos, su coherencia, su generosidad cotidiana y sencilla (EG 262; 265).
- Que viva la intensa experiencia de ser pueblo y de pertenecer al pueblo (EG 270).
- Que reconozca que cada persona es digna de nuestra entrega (EG 274) sabiendo que nuestra entrega es necesaria (EG 279) y que vive en el seno de la Trinidad (EG 283).
- Que ore y celebre el Reino de Dios ya presente en el mundo (Mt 13,31-32) (EG 278).
- Que anime a cultivar el fervor misionero en una decidida confianza en el Espíritu Santo “que viene en ayuda de nuestra debilidad” (Rm 8,26) (EG 280).
- Que estimule a evangelizar con María invocando al Espíritu Santo (Hch 1,14) (EG 284).
- Que asuma la decisión de caminar con nuestra Madre signo de esperanza para los pueblos, que sufren dolores de parto hasta que brote la justicia (EG 286) para auxiliar “sin demora” (Lc 1,39).
- Que impulse en las comunidades y en las obras eclesiales la conciencia de que el compromiso por el cuidado de la creación no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario a la experiencia cristiana (LS 217).
- Que denuncie que un crimen contra la naturaleza ´nuestra casa común´ (MCCC 78) es un crimen contra nosotros mismos y un pecado con Dios (LS 8).
- Que fomente el cuidado de la Madre Tierra con la misma consideración en el trato a los más pobres constituyendo el horizonte ético de la Ecología Integral que se plenifica en la Espiritualidad Ecológica (MCCC 141) en comunión con el Misterio (LS 210).
- Que aliente a descubrir en la bondad y belleza de la creación una invitación a la alabanza del Creador por el mundo maravilloso que nos ha regalado (Sal 136) (MCCC 65).
Comentarios recientes