Los católicos sostienen con su dinero la obra evangelizadora de la Iglesia
El Obispo de San Francisco (Argentina), Mons. Sergio Buenanueva, señaló que el 95% del sustento económico de la Iglesia “sale de los bolsillos de los católicos”, y no del Estado…
“Los ingresos de tu parroquia, de las diócesis y otras comunidades cristianas sale de los bolsillos de los católicos”
“Los católicos sostenemos con nuestro dinero la obra evangelizadora de la Iglesia, pero también nos ayuda el Estado tanto nacional, como provincial y municipal. ¿Eso está mal? No, no es ni ilegítimo, ni inmoral porque nosotros somos ciudadanos que pagamos impuestos y le damos ese dinero al Estado para que nos lo devuelva en distintos servicios”, reflexionó.
Indicó que “obviamente la prioridad del Estado son los servicios fundamentales y estar allí donde hay más necesidad, pero también tenemos derecho de decirle al Estado que nos ayude en todas las cosas que creemos importantes. De eso forma parte también las actividades religiosas”.
“Tanto la Iglesia Católica como los otros cultos que hay en Argentina solicitan ayuda al Estado, es un derecho de los ciudadanos, no un privilegio de la Iglesia”, explicó Mons. Buenanueva. “Las comunidades católicas concretas son un gran voluntariado que vive de la entrega de muchos discípulos de Cristo que, por amor, son como aquella viuda pobre que dio todo lo que tenía para vivir (…). Dan tiempo, los talentos y carismas que Dios les dio y también abundantes bienes materiales”.
“Pero también me resulta cada vez más claro que el actual sistema debe ser revisado a fondo, modernizado y adaptado a las condiciones de una sociedad más plural y a una vida democrática más transparente y participativa”, reflexionó.
A modo de ejemplo, el obispo comentó en Radio María Argentina la realidad de la comunidad de Villa del Tránsito cuyo templo quedó sin techo luego del paso de un tornado. “La gente del lugar no se quedó a esperar la ayuda prometida por la provincia. Se puso manos a la obra” y reunieron el dinero para reparar el techo y otras necesidades.
“Mientras esperan la ayuda estatal estos ciudadanos han recurrido a todos los métodos que conocen nuestras parroquias para reunir recursos. Los métodos que solo la creatividad del amor y el ingenio de la devoción, multiplican la humildad de cinco panes y dos pescados en un alimento que sacia a la multitud”, concluyó.
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